jueves, 18 de octubre de 2018

DialoArte


"Ficciones"
Por: Rosana Fautsch, asociada NEL-Ciudad de México

 En uno de sus libros, Elena Poniatowska, Querido Diego, te abraza Quiela, recrea con fragmentos de la correspondencia de Angelina Beloff, el amor dirigido al pintor Diego Rivera —ampliamente conocido por sus murales y su relación con Frida Kahlo—. Si bien es cierto que Serge Fauchereau escribió de la novela que no daña la imagen de la artista, ya que se trata de ficción pues representa "la heroína de la fantasía sentimental de Elena Poniatowska", la referencia es el deseo de Elena Poniatowska de rescatar a mujeres olvidadas que han tenido un valor destacado en el arte y en la política. En esta breve nota, nos servimos de la narración ya que reconstruye algo de la madre y la mujer que amó al pintor, quien es retratada por Rivera en el óleo sobre tela, Maternidad, Angelina y el niño Diego, 1916, elegido para nuestras próximas Jornadas. 


Maternidad, Angelina y el niño Diego, 1916
Óleo sobre tela

Diego Rivera
Con apenas 21 años, Diego viajó a Europa a continuar sus estudios, conoció a la pintora rusa Angelina en un viaje a Brujas, se casaron y vivieron juntos en París desde 1911 durante 10 años. En 1916 tienen un hijo que muere al año siguiente durante una epidemia de meningitis que azotó a la ciudad. En 1919, Rivera tiene una hija con la también rusa Marevna Vorobiev-Stebleska con quien vivió un corto tiempo. En 1921, cuando regresa a México, abandona a Angelina Beloff, quien se queda en Francia hasta que, en 1932, Lola y German Cueto la convencen para que se instale en México. Suponen por los fragmentos de correspondencia y por algunas otras fuentes que, Angelina esperó en vano noticias de Rivera para reunirse con él, se sabe que le enviaba dinero a ella y a Marevna, y cuando al fin viene a México por intermedio de sus amigos, no vuelve a contactar a Rivera.

A continuación algunos fragmentos de Querido Diego, te abrazo Quiela: 

 […] El hecho de que tu padre me llame hija me exalta; él piensa que soy tu mujer, sabe que soy tu mujer, entonces es que no hay otra, solo yo y esto Diego, es para mí un infinito consuelo a pesar de tu silencio que atribuyo al exceso de trabajo. 

[…] Entonces tuve que llamar a un médico y él te dijo: "la señora es la embarazada no usted." Tú reclamabas: "¿Cómo vamos a traer a un niño a este mundo inhumano? […] ¿Cómo puedo yo con mi pintura cambiar el mundo antes de que él llegue?"

[…] traer a un hijo era equivalente a cometer infanticidio; me torturaste con esta idea como yo te torturé con mi embarazo, pero yo quise tener un hijo Diego, un hijo tuyo y mío. Sin embargo, siempre te preferí a ti. Otras mujeres lo cuidaban, pero era mi hijo y pronto podría traérmelo al estudio, cuando ya no emitiera chillidos que fatigaban tanto tus nervios. Vino el invierno. Todavía hoy, oigo gente que comenta: "¡Ah, el invierno de 1917!" El niño murió. Tú y yo, en cambio, pudimos resistir todas las privaciones. Apollinaire murió un año más tarde. Alguna vez te oí decir: "Apollinaire y mi hijo murieron de lo mismo; de la estupidez humana." 

[…] en el fondo la guerra rompió tu lazo con Francia y nuestro hijo al morir, conmigo. Lo presentí, Diego y lo acepté. Creí firmemente que te alcanzaría después, que estos diez años de vida en común no habían sido en vano, después de todo fui tu esposa y estoy segura de que me amaste. 

[…] Veo a las tres Angelinas; antes, durante y después del embarazo, veo mi vientre abultado en que te has detenido morosamente: "Diego, hijo", escribiste, y en otro rincón de la tela: "La dulce Angelina"

Manifiesta, pues, este hijo que la divide y la hace desear como mujer. Las cartas expresan las dificultades que pasaron en el duro invierno cuando Dieguito enferma, la impotencia ante el sufrimiento y la muerte del niño. Quiela lo dice así: "Ese día hizo un frío atroz o a lo mejor yo lo traía adentro. Tú estabas ausente ni una sola vez me dirigiste la palabra, ni siquiera te moviste cuando te tomé del brazo." En otro momento: "Sé que tú no piensas ya en Dieguito; cortaste sanamente, la rama reverdece, tu mundo es otro, y mi mundo es el de mi hijo. Lo busco, chatito, físicamente me hace falta. […] Tú me has olvidado allá en tu México, que tanto deseé conocer [...] y yo me debato sola sin tener siquiera el consuelo de haber trazado en estos días, una línea que valga la pena."

  Se la describe como una mujer sumamente discreta y que ahora sabemos de ella, no solo por su leyenda y mitos alrededor de Rivera, sino por su arte y su enigmático amor a México que adoptó como patria. En 2012 Conaculta edita un libro con una bella y cuidada edición sobre la exposición Angelina Beloff, Trazos de una vida, en la cual se trata de subsanar "algunos vacíos en torno a la llamada Escuela Mexicana de Pintura. El muralismo y su presencia hegemónica", así Angelina Beloff es un testimonio de artistas atraídos a México que tuvieron un papel fundamental, y que fueron eclipsados por la tendencia nacionalista que imperó en aquellos días. Y hoy viene a nuestra reflexión en torno a la maternidad tan socorrida en los lienzos desde tiempos inmemoriales. Maternidades y discursividades que nos interrogan sobre el ser hablante en sus testimonios. Nuestras X Jornadas que se llevaran a cabo en octubre lo ponen en primer plano para interrogar ¿Qué madres hoy? Vicisitudes de la experiencia analítica, y…Angelina y el niño Diego acompañan la ocasión para nuestro encuentro en la Ciudad de México. 

                                                               
Maternidad, 1920
Aguafuerte sobre papel

Angelina Beloff

sábado, 6 de octubre de 2018

Una Mirada de Lacan en México




Por: Cintyha Estrada-Plançon. Asociada NEL-CdMx

En la sesión del 23 de marzo de 1966 del Seminario "El objeto del psicoanálisis" (1965-1966) Lacan da testimonio de su breve pasaje -ochos días - por México, "ese país lleno de magia" .  
Lacan viene a México después de un viaje de 28 días a Estados Unidos, en donde recorrió 6 Universidades, se da una escapada turística, por el placer y la proximidad de México (país vecino de Estados Unidos), pero con el estilo de Lacan, no se trata de un viaje cualquiera, su mirada no es la de un simple turista, tal como señala Marie-Hélène Brousse, sus viajes han marcado también la historia del psicoanálisis[i].
México sorprende al psicoanalista por los signos vivos de un pasado siempre presente, una historia que se inscribe en los muros. Lacan destaca el poder revelador de los muros, losa-muros y la mirada como objeto escópico.   
Se detiene en los rostros de los indígenas que puede encontrar en la vida cotidiana y que son los mismos que están fijados en las piedras, en los hieroglíficos. 
Ubica dos lugares: una Universidad en México[ii]y el mural del artista mexicano Diego Rivera, Sueño de una tarde dominical en la Alameda

Una universidad en México y el objeto a

De la Biblioteca de la Universidad Nacional Autónoma de México, Lacan señala: "Las cuatro fachadas enteras decoradas por lo que podemos llamar el uso de restos de estas formas significantes, lo que se vehiculiza por ahí me parece algo enigmático y, a la vez, algo tan impresionante por esta especie de lazo invisible a través de una ruptura que subsistente irremediablemente a las generaciones que se levantan y aquellas de estos estudiantes que pueblan una universidad en México, yo diría la más grande de todas aquellas que ví[iii]"
En los muros de la biblioteca Lacan ve al objeto a,ese objeto que se muestra amarrado en forma de adorno : "con sus signos, eso signos con los cuales algo está roto para siempre y que sin embargo esta ahí, traduciendo de una manera visible lo que yo no podría llamar, porque estoy frente a este auditorio- sino una relación conservada con lo que hay de tan sensible en todo los que sabemos de los cultos antiguos, esto que no comprendieron, sino por un efecto de horror los primeros conquistadores y que no es sino por todos lados visibles, por todos lados presente, por todos lados enganchada, como en forma de adorno, todas las divinidades que no es otra cosa que el objeto a"[iv]
La Biblioteca Central de Ciudad Universitaria abre sus puertas en 1956, posee uno de los acerbos más grandes de México. El exterior está decorado con el mural Representación histórica de la Cultura, realizado por el artista mexicano Juan O´Gorman . En el 2007 la UNESCO declara a la Ciudad Universitaria, "Patrimonio Cultural de la Humanidad", por considerarla "una obra maestra del genio creativo del hombre". 
Los muros están armados como un códice con símbolos y figuras. La fachada norte contiene la etapa Prehispánica, la sur ilustra la época de la Conquista y la época Virreinal, la parte oriente refleja la Revolución Mexicana y la fachada poniente representa la Modernidad "con la Universidad como reflejo de ello[v]"

 Lacan y el "Sueño de una tarde dominical en la Alameda"                                                       

La composición ( del mural ) son recuerdos de mi vida, 
de mi niñez y de mi juventud y cubre de 1895 a 1910.
Los personajes del paseo sueñan todos, unos 
durmiendo en los bancos y otros, andando y conversando"  
Diego Rivera 

Un segundo lugar que retiene la atención de Lacan es el mural de Diego Rivera, Sueño de una tarde dominical en la Alameda.  
El mural fue pintado al fresco en 1947, tiene una superficie de 4.17m x 15.67m y pesa 35 toneladas. Ilustra la historia de México. El artista se representa de niño de la mano de la Catrina ( figura de la muerte que inventa José Guadalupe Posada) al lado de un centenar de figuras de la historia de México (150 personajes, incluida su esposa, la pintora Frida Kahlo. 
Sueño de una tarde dominical en la Alameda evoca para Lacan el pasado que hay y que ya no está, que no es, que falta. "Para verlo llevado a la caricatura, es otra vez en México que hay que ir,  al hotel del Prado se instala frente a un fresco que tiene la altura de esta pared, que es de Diego Rivera[vi]".
Como Lacan señala, la Alameda es un parque similar a las Tullerías en Paris. Originalmente el mural se encontraba en el hotel del Prado tal como lo indica Lacan en el seminario antes citado, sin embargo después del temblor de 1985 el edificio se dañó y en 1987 lo trasladaron al Museo Mural Diego Rivera, museo especialmente concebido para abrigar dicha obra[vii].
Del mural de Diego Rivera Lacan subraya "la figura de todo lo que falta, en el pasado, es la figura retrospectiva de una adherencia a algo que no ha sido vivido, y que como tal no puede ser, bajo ninguna forma[viii]" . 
Este mural contiene en el a-muro lo que fue y no es, la ausencia, "es la función del sujeto, función del sujeto que no es, como pude escribirlo recientemente , función de la ausencia y función al contrario de la presencia intensa de algo escondido[ix]"
Las referencias de México surgen en un contexto topológico en el que Lacan trabaja la estructura moebiana del sujeto, donde se anuda saber y verdad y se inserta en la división el objeto a.


[i]Brousse Marie-Hélène, "Lacan Voyageur", en La Cause Freudienne nº79, Navarin Editeur, Paris, 2011. 
[ii]Cabe destacarse que el Seminario "El objeto del psicoanálisis"no estáaun publicado, en lo que puede encontrarse, Lacan no indica precisamente que se trate de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, esto se deduce de la descripción de la misma al referirse a "una Universidad en México" . 
[iii]Lacan J., "L´objet de la psychanalyse", inédito.
[iv] Idem
[vi]Lacan, idem  
[viii]Lacan,Idem
[ix]Lacan, idem