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domingo, 2 de abril de 2017

Llamado a abrir el debate sobre el "Proyecto de Ley de Protección para las Personas con Trastorno del Espectro Autista"

El 26 de mayo de 2016 fue aprobado en primera discusión, por votación unánime de la Asamblea Nacional, el Proyecto de Ley de Atención Integral y Protección para las Personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) y Condiciones Similares. Dicho Proyecto, de indudable interés para la atención y protección de las personas autistas, contiene sin embargo aspectos que deben ser sometidos a discusión por su carácter potencialmente contraproducente y lesivo para la población objeto de la ley.

El proyecto, al definir como premisa a los TEA como “trastornos de origen neurológico”, asume de hecho no simplemente un diagnóstico descriptivo sino un enfoque explicativo que está actualmente sujeto a controversia y en el que coexisten hipótesis explicativas muy dispares que sólo tienen en común la asunción a priori de una causa neurológica que en realidad aun no ha sido establecida. Es decir, la Ley estaría yendo más allá de la simple definición de su objeto, y estaría estableciendo por ley una hipótesis causal que no ha sido demostrada y está todavía sujeta a discusión. El proyecto además engloba al espectro autista (que ya incluye casos sumamente diversos) junto a otra categoría que como tal no existe en ningún sistema clasificatorio, a saber las llamadas “condiciones similares”, lo cual abarca una gama heterogénea de trastornos (hiperactividad, déficit de atención, trastornos de aprendizaje o de comunicación) que sólo tienen en común la presunción de un “origen neurológico” –no demostrado hasta ahora en forma concluyente. Con esto el Proyecto estaría parcializándose por un enfoque particular, otorgándole validez por vía de ley a algo que debería surgir más bien del trabajo interdisciplinario y la discusión especializada, y sobre todo de la libertad de elección de los beneficiarios.

Al acoger este principio biológico de manera radical, se niega tácitamente cualquier tratamiento que no esté estrictamente vinculado al área médica, y se relega la práctica de muchos psicólogos, médicos, orientadores y docentes que recurren a la escucha de los autistas (ya sea que hablen o no) para propiciar un lazo social. Existen de hecho antecedentes en otros países en los que la asunción exclusiva de estas premisas neurológicas desde el ordenamiento legal, ha conducido a intentos de excluir y prohibir otros abordajes e incluso a otras profesiones distintas a la médica, vulnerando con ello la libertad de las personas autistas y sus familiares de elegir otras formas de tratamiento inspiradas en enfoques que reivindican la subjetividad y la humanidad del autista, no como simple objeto de medicación y entrenamiento.

La asunción unilateral de estas premisas por parte del Legislador, puede por otra parte acarrear efectos perjudiciales de segregación y exclusión. Así, cuando el Proyecto introduce (ver: Exposición de Motivos y Artículo 3) la idea del “autismo y condiciones afines” como una discapacidad permanente de origen neurológico, está abriéndole paso a una serie de efectos lesivos de discriminación a partir de un diagnóstico “oficial” –ya sea por vía del etiquetamiento del sujeto como incapaz de por vida de valerse por sí mismo o por su relegamiento a puestos de trabajo y posiciones laborales desfavorables amparados en su “discapacidad”.

Desde la Nueva Escuela Lacaniana (NEL) Delegación Maracay, consideramos oportuno y necesario, en ocasión de celebrarse hoy el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, hacer un llamado a abrir el debate sobre este Proyecto de Ley.

La NEL es una de las Escuelas de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). La AMP tiene por objetivo promover el desarrollo del psicoanálisis en el mundo. Impulsa en cada una de sus Escuelas la creación de Centros de Consulta gratuitos para poner el tratamiento psicoanalítico al alcance del público y se preocupa del estado de la legislación que interesa a la salud mental en los distintos países donde desarrolla sus acciones. En agosto de 2011, el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC) otorgó a la AMP el estatuto de Consultante Especial (Special Consultative Status) en calidad de ONG.


Maracay, 2 de abril de 2017


jueves, 3 de noviembre de 2016

Las modalidades del Recurso frente a la Aporía -a propósito del (H)Ay amores, por Ángel Sanabria



En su comentario de El Banquete de Platón en el Seminario 8 (La Transferencia), específicamente al examinar el mito del origen de Amor que relata Diótima-Sócrates, Lacan resalta cómo el Amor surge justamente en el litoral entre lo real y lo simbólico. Producto de la cópula entre Penía o Aporía (la indigencia y penuria) y Poros (o Expedito, el recurso) -y por esta vía nieto de Metis (la Invención)-, el Amor no es un dios sino un daimon, es decir, un intermediario entre los dioses (lo real) y los hombres (el orden simbólico). En otras palabras, el Amor sería aquello que surge del encuentro del Recurso frente a la Aporía. ¿No es esto ya bastante como primera indicación?

En efecto, a partir de aquí entendemos que el amor sea, por una parte, aquello que permite al sujeto salir del “autismo nativo” del parletre (“ser-hablante”) por vía de la invención de algo que permita el lazo con el Otro –es decir, que permita el paso de lo imposible a lo posible. Es lo que Lacan formula como la metáfora del amor o sustitución del amado por el amante: el "milagro" de que algo en el objeto amado responda a nuestro deseo de amante. Esto hace del amor algo central en el advenir del sujeto a la existencia humana misma: todos nacemos como objeto del deseo (o del no deseo) del Otro y necesitamos ser deseados para constituirnos humanamente. El milagro de la metáfora del amor consiste en que de ese objeto que somos al inicio surja un sujeto capaz de amar –de salir del goce autoerótico para hacer vínculo con el Otro.

Pero por otra parte, tenemos que la naturaleza propiamente narcisista del amor lo hace proclive a la repetición mortificante, a la relación extenuante con ese objeto “único” de amor, con ese amor “de excepción” con el que intentamos paliar nuestra precaria posición frente al objeto amado: lo que amo en ti responde a mi propia fantasía, al objeto fantasmático que supongo en ti. Es el amor en el registro lógico de lo necesario, que encubre la imposibilidad del rapport sexual (de la “complementariedad de los sexos”).

El amor en la psicosis, que Lacan caracteriza como un “amor muerto”, muestra en su forma extrema esta faceta mortificante de goce mortífero, de real, que se aloja en el amor. Es lo que vemos, por ejemplo, en la certeza erotomaníaca de ser objeto de amor (“Él es quien me ama”), que fija al sujeto psicótico en la posición de ser objeto de goce del Otro, sin la posibilidad de producir una sustitución metafórica entre amado y amante que dialectice ésta irrupción de lo real del amor.

En medio de esta pluralidad de manifestaciones del amor, entre el "autismo nativo” del ser hablante, el “amor muerto” de la psicosis, y la repetición neurótica del sufrimiento amoroso, finalmente nos preguntamos: ¿de qué manera un psicoanálisis puede conducir al sujeto a la invención de “un amor más digno” (Lacan), un amor más abierto a la contingencia y al encuentro, -siempre sobre el trasfondo de lo imposible? Con este interrogante abierto, dejemos de momento que sea el poeta, siempre un paso por delante, el que acuda en nuestro auxilio:

Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.

Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.

Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.

Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.

- Roberto Juarroz, Quinta Poesía Vertical, 55

lunes, 3 de octubre de 2016

PESSOA Y EL ACENTO DEL AMOR, por Antoni Vicens


         UN TEXTO DE ANTONI VICENTS A PROPÓSITO DEL POEMA DE PESSOA

                                                                    PESSOA Y EL ACENTO DEL AMOR
                                                                                              por Antoni Vicens
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“Todas las cartas de amor son / ridículas. / No serían cartas de amor si no fuesen / ridícula s. // También escribí en mi tiempo cartas de amor, / como las demás, / ridículas. // Las cartas de amor, si hay amor, / tienen que ser / ridículas. / Pero, al fin y al cabo, / sólo las criaturas que nunca escribieron / cartas de amor // son ridículas. // Quién me diera el tiempo en que escribía / sin darme cuenta / cartas de amor / ridículas. // La verdad es que hoy / son mis recuerdos / de esas cartas de amor /los que son / ridículos. // (Todas las palabras esdrújulas, / como los sentimientos esdrújulos, / son naturalmente / ridículas).”

Este famoso poema de Fernando Pessoa (recomiendo la recitación de Maria Bethânia) liga la carta de amor al ridículo. En cuatro tiempos, el ridículo va pasando de la carta de amor a la ausencia del amor, a la escritura, al recuerdo y, finalmente, al ridículo mismo por esdrújulo. El héroe del amor es cómico y da risa, quizá, para el cálculo de los hombres. Menos a las mujeres, que, salvo el éxtasis, viven entre el amor fatídico y la angustia trágica.

La letra del amor es ridícula en la medida en que lo contingente (lo que cesa de no escribirse) se hace brújula, micrófono y oxígeno del “encuentro en el partenaire de los síntomas, de los afectos, de todo lo que en cada cual marca el rastro-trazo de su exilio, no como sujeto sino como hablante” (Lacan, Aún, pág. 114). El goce de cada cual deviene, sí, ridículo, cuando el cándido consigue penetrar su código, como el poeta, como el psicoanalítico. Y hacer signo de ello, más.

Hablar del amor siempre se queda corto ante el estado del goce, aquel del que, como hablantes, estamos exiliados sin remedio. Vano término, entonces, el de encontrar, con un poco de amor, la patria de la que somos bárbaros: no está ahí, es sólo un poco de necesidad hecha de letra de amor, por la que algo no cesa de escribirse. Y, como Lacan lo enuncia en Aún (pág. 131), ese “no cesa” implica un “no cesará”, con el tiempo inscrito en el mismo orden de necesidad.
El otro ridículo de la carta de amor es el que puede sentir un varón. El amor implica una feminización, más allá de la castración por la que sostiene su carácter excepcional. Pero el hombre no se hace excepcional por ser amado. El amor está en el registro del no-todo y del uno-por-uno: síntoma gárrulo, con suerte poético. Tras el acento en el “sin”, quedan aún por decir dos sílabas: toma.

Publicado en: Amor a la letra / Bibliografía Razonada (N° 6) - XI Jornadas de la ELP: Un Nuevo amor. Disponible en: https://elp.org.es/wp-content/uploads/2012/11/jornadas_XI_Coru%C3%B1a_Bibliografia-razonada_-Amor-a-la-letra_6.pdf.

viernes, 16 de septiembre de 2016

(H)Ay amores…! El psicoanálisis: del sufrimiento de amar, a lo singular de “un nuevo amor”. Argumento.








(H)Ay amores…!


El psicoanálisis: del sufrimiento de amar,

a lo singular de “un nuevo amor”

10 años de la NEL Maracay - 19 al 26 de noviembre de 2016
 

El próximo mes de octubre se cumplen diez años de la conformación de la NEL Maracay. Para celebrar la ocasión hemos decidido organizar, del 19 al 26 de noviembre, una semana de actividades en torno al tema del amor, el síntoma y el psicoanálisis. Bajo el título de: “(H)Ay amores..! El psicoanálisis: del sufrimiento de amar, a lo singular de “un nuevo amor”, esa semana nos dedicaremos explorar los anudamientos entre lo “sintomático del amor” y lo “amoroso del síntoma”, en la experiencia psicoanalítica y en la vida contemporánea.


ARGUMENTO

 

¿Por qué el amor? ¿Por qué la especie es atormentada por la cuestión del amor? Amor si, amor no, capacidad de amar, amor contenido, amor desgraciado, amor feliz, amor insatisfecho… Ante todo, hay que relacionar el amor con lo que la consistencia del cuerpo propio tiene de insuficiente.
J.-A. Miller, Piezas sueltas 


El contexto del 10° aniversario de la NEL-Maracay nos ofrece la oportunidad de abordar un tema que se decanta de nuestras elaboraciones como escuela en estos años, y que a la vez resulta de plena actualidad dentro de la AMP: el psicoanálisis del siglo XXI como un tratamiento de lo real del sinthome por el amor.

El tema del amor en la última enseñanza de Lacan ha sido un objeto central de interrogación y de elucidación en las diferentes escuelas de la AMP desde hace ya más de una década. Y es que si en la clínica del sinthome es el goce, y no el deseo ni el amor, el que toma un lugar preponderante, la apuesta del psicoanálisis sigue siendo la de hacer de la transferencia el motor del tratamiento.

Desde los inicios del psicoanálisis, la articulación entre amor y síntoma ha servido para dar cuenta del inconsciente y de la vida pulsional bajo un cariz siempre paradójico: el hecho de que ambos son fuente tanto de sufrimiento como de placer y satisfacción. (1) A esto la última enseñanza de Lacan agrega nuevos puntos de articulación: tanto el síntoma como el amor aparecen como suplencia de la no relación sexual, como anudamiento entre simbólico y real, y como forma de lazo entre los seres hablantes. La fórmula partenaire-síntoma  –el  síntoma en tanto “verdadero fundamento de la pareja” entre los parlêtres-,(2) viene aquí a situar una exigencia propia de la operación analítica: la de “producir” el amor a partir de la disyunción del saber y el goce. Esta disyunción hace del amor el operador que instala y sostiene el dispositivo analítico, en la medida que “lo que hace existir el inconsciente como saber es el amor”. (3) A partir de aquí, la clínica del sinthome introduce una inversión de la formula “el sujeto supuesto saber es el pivote de la transferencia”, la cual deviene en: “la transferencia es el pivote del sujeto supuesto saber”. (4)

Se trata entonces de operar sobre el inconsciente real, tal como emerge del sinthome, para producir un inconsciente transferencial, un inconsciente que implica un “apego” al hablar en análisis y que permite reducir el sufrimiento del amor, hasta extraer de él su satisfacción sinthomatica. En palabras de M. Bassols, se trata para cada sujeto de “investigar esa zona de inclusión y de exclusión entre amor y goce que está en el núcleo de su malestar, para saber si puede amar aquello de lo que gozaba, sin saberlo, en su síntoma”. (5)

Todo esto nos conduce a la siguiente conjetura que ordena nuestras interrogantes: Si el sinthome continúa siendo analizable, tratable por el discurso analítico, es en la medida en que lo real del sinthome resulta “permeable” de algún modo a la maniobra del analista, a la instalación de su dispositivo, es decir el lazo transferencial.

Nos planteamos entonces dos direcciones para la elaboración:

           1. En una primera dirección, de la entrada en el tratamiento: 

                                LO SINTOMATICO DEL AMOR (el goce)

Si encontramos, en el sinthome, “lo sintomático del amor”, los sufrimientos propios del amor, ¿dan cuenta estos sufrimientos del amor en su versión de goce, de puro autoerotismo? ¿Es por la vía “de lo contingente a lo necesario” –como lo sitúa Lacan- que el amor se articula a lo pulsional, a la repetición en el síntoma?

Si para el parletre, completado por su objeto, el sinthome no deviene sino satisfacción pulsional la cual hace del Otro su medio de goce ¿cómo se ubica allí el amor?; ¿cómo se articulan y anudan el amor y el goce en el “partenaire-síntoma”?

       2. En una segunda dirección, en cuanto a la manera en que opera el analista y la transformación del amor en el curso de un análisis:

                               LO “AMOROSO” DEL SINTOMA (el deseo) 

Si al final del análisis hay la producción de “un nuevo amor”, ligado a la extracción de lo más singular, a la “satisfacción del sinthome”; ¿se trata acaso de una modificación producida en la modalidad lógica del amor? ¿Es que por el tratamiento analítico de lo real del goce, el amor se separa de lo necesario y deviene pura contingencia?

Si consideramos que es la intervención del analista, ese “uso” que hace del sinthome, lo que permite la construcción de un inconsciente transferencial, ¿podemos ubicar esta operación como una forma de desplazar el amor de lo necesario (lo que no cesa de...) a lo contingente (lo que cesa de no…), y de ubicarlo como función de deseo? Si es así, ¿podemos pensar la operación analítica como una construcción de la dimensión “amorosa” del síntoma?

NOTAS

(1) Presentación del tema de las X Jornadas anuales de la EOL Rosario, por Roberto Bertholet, Pagina 12, Rosario 12, 13 de mayo del 2002. En: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-14281-2002-05-13.html
 (2)  Miller, J.-A., El Otro que no existe y sus comités de ética, con colaboración de Eric Laurent, Buenos Aires, Paidós, 2006, p. 411
 (3) Miller J.A., Una fantasía, El psicoanálisis N° 9, ELP, Nov. 2005, p. 19
(4) Ibíd.
(5) Bassols M., Transferencia, amor y goce, Desescrits Blog de psicoanàlisi lacaniana, Miquel Bassols. 2014. http://miquelbassols.blogspot.com/2014/10/transferencia-amor-y-goce.html