lunes, 5 de diciembre de 2016



Presentación del curso:
Psicosis y Autismo en la clínica psicoanalítica: diagnóstico diferencial y tratamiento.


Para el psicoanálisis orientado por la enseñanza de Jacques Lacan, las psicosis pueden ser diagnosticadas en la consulta aun cuando estas se presenten en etapa previa al desencadenamiento. Esto es debido a que el psicoanálisis realiza un diagnóstico estructural y no sintomático del cuadro clínico. La ventaja de este tipo de diagnóstico es que permite brindar el tratamiento analítico pertinente, evitando en lo posible el desencadenamiento de la psicosis. Igualmente cuando la demanda de consulta se produce luego de una primera crisis, el tratamiento analítico ofrece al paciente la posibilidad de inventar sus propias soluciones a esa “ruptura” del hilo discursivo, favoreciendo la estabilización del cuadro y evitando la ocurrencia de nuevas crisis. Ahora bien, dado que las manifestaciones clínicas cambian con la época, el psicoanalista sostiene una investigación clínica y una actualización teórica permanentes para enfrentar estos cambios. Recientes hallazgos han permitido constatar un aumento en el número y un cambio en las formas de presentación de los casos no solo de Psicosis sino también de Autismo, lo cual nos ha exigido afinar los criterios, tanto para el diagnóstico diferencial como para el tratamiento. Para los profesionales de la salud mental, no psicoanalistas, también resulta de suma importancia (dada la cantidad y la complejidad de los casos) disponer de algunas bases teóricas y clínicas para el reconocimiento y abordaje de las psicosis actuales como de las formas variadas de autismo. Es en esta dirección que la Nel-Maracay ofrece este primer módulo del Curso de Introducción al Psicoanálisis, dedicado a este tema tan sensible y necesario de formación en la actualidad.  

PROGRAMA
1ra sesión. Psicosis y Autismo: lo clásico y lo actual   
2da sesión. Las psicosis: diagnóstico y diagnóstico diferencial.
3ra sesión: El tratamiento de las psicosis
4ta sesión. Autismo: diagnóstico y tratamiento psicoanalítico
5ta sesión. La clínica contemporánea y los desafíos en la formación


Dirigido a profesionales del campo de la salud mental: psicólogos, psiquiatras, médicos, psicopedagogos, educadores y estudiantes afines a estas especialidades.
INICIO 10 DE DICIEMBRE DE 2016

viernes, 25 de noviembre de 2016

A propósito del (H)Ay amores!
Y la actividad de clausura de nuestra semana aniversario:

¿Por qué el psicoanálisis se interesaría en el Bolero?

Por Alba Alfaro
En primer lugar podemos acercarnos a esta pregunta por la vía de las afinidades que existen entre psicoanálisis y poesía.
“Un psicoanálisis es una invitación pura y simplemente a hablar, no a describir, explicar, enseñar, justificar o repetir, tampoco a decir la verdad - sin duda para ser escuchado” afirma Jacques-Alain Miller[1]. Y esta invitación acerca el psicoanálisis a las creaciones poéticas: “Hacer de su vida una epopeya, al narrarla, es un esfuerzo de poesía”[2].
Se trata de que “La vida cotidiana de cada uno puede ser captada, magnificada, sublimada por la poesía”, en la medida en que es rodeada de un aura que le da al esfuerzo de producir sentido a algo que la sobrepasa[3]. Lacan designa la epopeya como una “narración de lo que nos pasa”, de lo contingente, de lo azaroso del encuentro, en un esfuerzo por darle un sentido.[4]  Y es a ello a lo que el análisis nos invita: a tejer, a hacer significar, más allá del hecho bruto[5]. Así, cada sesión de análisis da su lugar, favorece, invita, a este esfuerzo de poesía. 
Esta naturaleza propia del psicoanálisis le genero un interés histórico por el arte y la poesía. Ya Freud había señalado que el artista se adelanta al psicoanalista en la lectura de su época, aportándole enseñanzas invaluables en la comprensión de la naturaleza humana. Y luego Lacan cuando reformula el inconsciente freudiano “estructurado como un lenguaje, consideró que las figuras de la metáfora y la metonimia, propias de la retórica, acercaban la poesía a las manifestaciones del inconsciente. Más recientemente Miller, a partir de la última enseñanza de Lacan, ha intentado dilucidar el acto analítico y la interpretación a partir del acto poético.
Es por ello que la Nel-Maracay, en el contexto de su X aniversario, y habiéndose planteado elaborar sobre el psicoanálisis como un tratamiento del amor (lo sintomático) por el amor (la transferencia), ha invitado para este sábado 26 de noviembre, a las 10 am, a poetas y músicos de la ciudad a dialogar acerca del Bolero, como expresión poético musical propia de la región caribeña, para intentar dilucidar cómo este género constituye un modo singular de tratamiento estético y cultural del sufrimiento de amar.
Si el bolero contiene un texto poético, también tiene una musicalidad que le es propia, y nuestra idea, además de disfrutarla con ustedes, es extraer lo que esta manifestación nos enseña sobre nuestro modo cultural singular de padecer el amor.
Acompáñennos.
Los esperamos!!!



[1] Miller Jacques-Alain, “Psychanalyse et société. IV La poésie et la mort”, Quarto 84, Junio 2005, p. 9.
[2] Ibíd.
[3] Ibíd.
[4] Ibíd., p. 10
[5] Lacan J., Función y campo de la palabra y del lenguaje, citado por Miller, Ibíd., p. 9

jueves, 3 de noviembre de 2016

Las modalidades del Recurso frente a la Aporía -a propósito del (H)Ay amores, por Ángel Sanabria



En su comentario de El Banquete de Platón en el Seminario 8 (La Transferencia), específicamente al examinar el mito del origen de Amor que relata Diótima-Sócrates, Lacan resalta cómo el Amor surge justamente en el litoral entre lo real y lo simbólico. Producto de la cópula entre Penía o Aporía (la indigencia y penuria) y Poros (o Expedito, el recurso) -y por esta vía nieto de Metis (la Invención)-, el Amor no es un dios sino un daimon, es decir, un intermediario entre los dioses (lo real) y los hombres (el orden simbólico). En otras palabras, el Amor sería aquello que surge del encuentro del Recurso frente a la Aporía. ¿No es esto ya bastante como primera indicación?

En efecto, a partir de aquí entendemos que el amor sea, por una parte, aquello que permite al sujeto salir del “autismo nativo” del parletre (“ser-hablante”) por vía de la invención de algo que permita el lazo con el Otro –es decir, que permita el paso de lo imposible a lo posible. Es lo que Lacan formula como la metáfora del amor o sustitución del amado por el amante: el "milagro" de que algo en el objeto amado responda a nuestro deseo de amante. Esto hace del amor algo central en el advenir del sujeto a la existencia humana misma: todos nacemos como objeto del deseo (o del no deseo) del Otro y necesitamos ser deseados para constituirnos humanamente. El milagro de la metáfora del amor consiste en que de ese objeto que somos al inicio surja un sujeto capaz de amar –de salir del goce autoerótico para hacer vínculo con el Otro.

Pero por otra parte, tenemos que la naturaleza propiamente narcisista del amor lo hace proclive a la repetición mortificante, a la relación extenuante con ese objeto “único” de amor, con ese amor “de excepción” con el que intentamos paliar nuestra precaria posición frente al objeto amado: lo que amo en ti responde a mi propia fantasía, al objeto fantasmático que supongo en ti. Es el amor en el registro lógico de lo necesario, que encubre la imposibilidad del rapport sexual (de la “complementariedad de los sexos”).

El amor en la psicosis, que Lacan caracteriza como un “amor muerto”, muestra en su forma extrema esta faceta mortificante de goce mortífero, de real, que se aloja en el amor. Es lo que vemos, por ejemplo, en la certeza erotomaníaca de ser objeto de amor (“Él es quien me ama”), que fija al sujeto psicótico en la posición de ser objeto de goce del Otro, sin la posibilidad de producir una sustitución metafórica entre amado y amante que dialectice ésta irrupción de lo real del amor.

En medio de esta pluralidad de manifestaciones del amor, entre el "autismo nativo” del ser hablante, el “amor muerto” de la psicosis, y la repetición neurótica del sufrimiento amoroso, finalmente nos preguntamos: ¿de qué manera un psicoanálisis puede conducir al sujeto a la invención de “un amor más digno” (Lacan), un amor más abierto a la contingencia y al encuentro, -siempre sobre el trasfondo de lo imposible? Con este interrogante abierto, dejemos de momento que sea el poeta, siempre un paso por delante, el que acuda en nuestro auxilio:

Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.

Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.

Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.

Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.

- Roberto Juarroz, Quinta Poesía Vertical, 55

lunes, 17 de octubre de 2016

Cine Foro sobre la película "El encanto del Erizo"

Desde los inicios del psicoanálisis, la articulación entre amor y síntoma ha servido para dar cuenta del inconsciente y de la vida pulsional bajo un cariz siempre paradójico: el hecho de que ambos son fuente tanto de sufrimiento como de placer y satisfacción. Lacan agrega nuevos puntos de articulación: tanto el síntoma como el amor aparecen como suplencia de la no relación sexual, y como forma de lazo entre los seres hablantes.

En el marco de la celebración del 10° aniversario de la Nel Maracay, el espacio Sábados de Escuela invita al Cine Foro sobre la película "El encanto del Erizo", donde estaremos conversando sobre el tema de nuestro aniversasio: "El psicoanálisis: del sufrimiento de amar a lo singular de un nuevo amor".

Entrada Bsf. 500


 

Ciclo de Conversaciones sobre "Amor y sinthome"



En el marco del X aniversario de la Nel Delegación Maracay, te invitamos a nuestras Noches de Escuela con el inicio del Ciclo de conversaciones sobre Amor y sinthome. Te esperamos!
 

lunes, 3 de octubre de 2016

PESSOA Y EL ACENTO DEL AMOR, por Antoni Vicens


         UN TEXTO DE ANTONI VICENTS A PROPÓSITO DEL POEMA DE PESSOA

                                                                    PESSOA Y EL ACENTO DEL AMOR
                                                                                              por Antoni Vicens
Integrar imagen 
“Todas las cartas de amor son / ridículas. / No serían cartas de amor si no fuesen / ridícula s. // También escribí en mi tiempo cartas de amor, / como las demás, / ridículas. // Las cartas de amor, si hay amor, / tienen que ser / ridículas. / Pero, al fin y al cabo, / sólo las criaturas que nunca escribieron / cartas de amor // son ridículas. // Quién me diera el tiempo en que escribía / sin darme cuenta / cartas de amor / ridículas. // La verdad es que hoy / son mis recuerdos / de esas cartas de amor /los que son / ridículos. // (Todas las palabras esdrújulas, / como los sentimientos esdrújulos, / son naturalmente / ridículas).”

Este famoso poema de Fernando Pessoa (recomiendo la recitación de Maria Bethânia) liga la carta de amor al ridículo. En cuatro tiempos, el ridículo va pasando de la carta de amor a la ausencia del amor, a la escritura, al recuerdo y, finalmente, al ridículo mismo por esdrújulo. El héroe del amor es cómico y da risa, quizá, para el cálculo de los hombres. Menos a las mujeres, que, salvo el éxtasis, viven entre el amor fatídico y la angustia trágica.

La letra del amor es ridícula en la medida en que lo contingente (lo que cesa de no escribirse) se hace brújula, micrófono y oxígeno del “encuentro en el partenaire de los síntomas, de los afectos, de todo lo que en cada cual marca el rastro-trazo de su exilio, no como sujeto sino como hablante” (Lacan, Aún, pág. 114). El goce de cada cual deviene, sí, ridículo, cuando el cándido consigue penetrar su código, como el poeta, como el psicoanalítico. Y hacer signo de ello, más.

Hablar del amor siempre se queda corto ante el estado del goce, aquel del que, como hablantes, estamos exiliados sin remedio. Vano término, entonces, el de encontrar, con un poco de amor, la patria de la que somos bárbaros: no está ahí, es sólo un poco de necesidad hecha de letra de amor, por la que algo no cesa de escribirse. Y, como Lacan lo enuncia en Aún (pág. 131), ese “no cesa” implica un “no cesará”, con el tiempo inscrito en el mismo orden de necesidad.
El otro ridículo de la carta de amor es el que puede sentir un varón. El amor implica una feminización, más allá de la castración por la que sostiene su carácter excepcional. Pero el hombre no se hace excepcional por ser amado. El amor está en el registro del no-todo y del uno-por-uno: síntoma gárrulo, con suerte poético. Tras el acento en el “sin”, quedan aún por decir dos sílabas: toma.

Publicado en: Amor a la letra / Bibliografía Razonada (N° 6) - XI Jornadas de la ELP: Un Nuevo amor. Disponible en: https://elp.org.es/wp-content/uploads/2012/11/jornadas_XI_Coru%C3%B1a_Bibliografia-razonada_-Amor-a-la-letra_6.pdf.

viernes, 16 de septiembre de 2016

(H)Ay amores…! El psicoanálisis: del sufrimiento de amar, a lo singular de “un nuevo amor”. Argumento.








(H)Ay amores…!


El psicoanálisis: del sufrimiento de amar,

a lo singular de “un nuevo amor”

10 años de la NEL Maracay - 19 al 26 de noviembre de 2016
 

El próximo mes de octubre se cumplen diez años de la conformación de la NEL Maracay. Para celebrar la ocasión hemos decidido organizar, del 19 al 26 de noviembre, una semana de actividades en torno al tema del amor, el síntoma y el psicoanálisis. Bajo el título de: “(H)Ay amores..! El psicoanálisis: del sufrimiento de amar, a lo singular de “un nuevo amor”, esa semana nos dedicaremos explorar los anudamientos entre lo “sintomático del amor” y lo “amoroso del síntoma”, en la experiencia psicoanalítica y en la vida contemporánea.


ARGUMENTO

 

¿Por qué el amor? ¿Por qué la especie es atormentada por la cuestión del amor? Amor si, amor no, capacidad de amar, amor contenido, amor desgraciado, amor feliz, amor insatisfecho… Ante todo, hay que relacionar el amor con lo que la consistencia del cuerpo propio tiene de insuficiente.
J.-A. Miller, Piezas sueltas 


El contexto del 10° aniversario de la NEL-Maracay nos ofrece la oportunidad de abordar un tema que se decanta de nuestras elaboraciones como escuela en estos años, y que a la vez resulta de plena actualidad dentro de la AMP: el psicoanálisis del siglo XXI como un tratamiento de lo real del sinthome por el amor.

El tema del amor en la última enseñanza de Lacan ha sido un objeto central de interrogación y de elucidación en las diferentes escuelas de la AMP desde hace ya más de una década. Y es que si en la clínica del sinthome es el goce, y no el deseo ni el amor, el que toma un lugar preponderante, la apuesta del psicoanálisis sigue siendo la de hacer de la transferencia el motor del tratamiento.

Desde los inicios del psicoanálisis, la articulación entre amor y síntoma ha servido para dar cuenta del inconsciente y de la vida pulsional bajo un cariz siempre paradójico: el hecho de que ambos son fuente tanto de sufrimiento como de placer y satisfacción. (1) A esto la última enseñanza de Lacan agrega nuevos puntos de articulación: tanto el síntoma como el amor aparecen como suplencia de la no relación sexual, como anudamiento entre simbólico y real, y como forma de lazo entre los seres hablantes. La fórmula partenaire-síntoma  –el  síntoma en tanto “verdadero fundamento de la pareja” entre los parlêtres-,(2) viene aquí a situar una exigencia propia de la operación analítica: la de “producir” el amor a partir de la disyunción del saber y el goce. Esta disyunción hace del amor el operador que instala y sostiene el dispositivo analítico, en la medida que “lo que hace existir el inconsciente como saber es el amor”. (3) A partir de aquí, la clínica del sinthome introduce una inversión de la formula “el sujeto supuesto saber es el pivote de la transferencia”, la cual deviene en: “la transferencia es el pivote del sujeto supuesto saber”. (4)

Se trata entonces de operar sobre el inconsciente real, tal como emerge del sinthome, para producir un inconsciente transferencial, un inconsciente que implica un “apego” al hablar en análisis y que permite reducir el sufrimiento del amor, hasta extraer de él su satisfacción sinthomatica. En palabras de M. Bassols, se trata para cada sujeto de “investigar esa zona de inclusión y de exclusión entre amor y goce que está en el núcleo de su malestar, para saber si puede amar aquello de lo que gozaba, sin saberlo, en su síntoma”. (5)

Todo esto nos conduce a la siguiente conjetura que ordena nuestras interrogantes: Si el sinthome continúa siendo analizable, tratable por el discurso analítico, es en la medida en que lo real del sinthome resulta “permeable” de algún modo a la maniobra del analista, a la instalación de su dispositivo, es decir el lazo transferencial.

Nos planteamos entonces dos direcciones para la elaboración:

           1. En una primera dirección, de la entrada en el tratamiento: 

                                LO SINTOMATICO DEL AMOR (el goce)

Si encontramos, en el sinthome, “lo sintomático del amor”, los sufrimientos propios del amor, ¿dan cuenta estos sufrimientos del amor en su versión de goce, de puro autoerotismo? ¿Es por la vía “de lo contingente a lo necesario” –como lo sitúa Lacan- que el amor se articula a lo pulsional, a la repetición en el síntoma?

Si para el parletre, completado por su objeto, el sinthome no deviene sino satisfacción pulsional la cual hace del Otro su medio de goce ¿cómo se ubica allí el amor?; ¿cómo se articulan y anudan el amor y el goce en el “partenaire-síntoma”?

       2. En una segunda dirección, en cuanto a la manera en que opera el analista y la transformación del amor en el curso de un análisis:

                               LO “AMOROSO” DEL SINTOMA (el deseo) 

Si al final del análisis hay la producción de “un nuevo amor”, ligado a la extracción de lo más singular, a la “satisfacción del sinthome”; ¿se trata acaso de una modificación producida en la modalidad lógica del amor? ¿Es que por el tratamiento analítico de lo real del goce, el amor se separa de lo necesario y deviene pura contingencia?

Si consideramos que es la intervención del analista, ese “uso” que hace del sinthome, lo que permite la construcción de un inconsciente transferencial, ¿podemos ubicar esta operación como una forma de desplazar el amor de lo necesario (lo que no cesa de...) a lo contingente (lo que cesa de no…), y de ubicarlo como función de deseo? Si es así, ¿podemos pensar la operación analítica como una construcción de la dimensión “amorosa” del síntoma?

NOTAS

(1) Presentación del tema de las X Jornadas anuales de la EOL Rosario, por Roberto Bertholet, Pagina 12, Rosario 12, 13 de mayo del 2002. En: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/21-14281-2002-05-13.html
 (2)  Miller, J.-A., El Otro que no existe y sus comités de ética, con colaboración de Eric Laurent, Buenos Aires, Paidós, 2006, p. 411
 (3) Miller J.A., Una fantasía, El psicoanálisis N° 9, ELP, Nov. 2005, p. 19
(4) Ibíd.
(5) Bassols M., Transferencia, amor y goce, Desescrits Blog de psicoanàlisi lacaniana, Miquel Bassols. 2014. http://miquelbassols.blogspot.com/2014/10/transferencia-amor-y-goce.html