jueves, 16 de julio de 2015

Dos lecturas para el Curso de Introducción al Psicoanálisis - Clínica de la Neurosis

"El olvido de los nombres propios" (Freud: Psicopatología de la vida cotidiana)

En el empeño por recuperar un nombre así, qué a uno se le va de la memoria, acuden a la conciencia otros -nombres sustitutivos-, y estos, aunque discernidos enseguida como incorrectos, una y otra vez tornan a imponerse con gran tenacidad. (...) Pues bien, mi premisa es que tal desplazamiento no es dejado al libre albedrío psíquico, sino que obedece a unas vías calculables y ajustadas a ley. Con otras palabras: conjeturo que el nombre o los nombres sustitutivos mantienen un nexo con el nombre buscado, y espero que, si consigo rastrear ese nexo, habré de arrojar luz también sobre el proceso del olvido de nombres. (...) Junto al olvido simple de nombres propios, se presenta también un olvido que está motivado por represión.


http://23118.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/informacion_adicional/obligatorias/050_freud2/textos/olvido.rtf


"Miss Lucy R." (Freud: Estudios sobre la histeria)

Así, el mecanismo por el cual se produce la histeria corresponde, por una parte, a un acto de cobardía moral y, por la otra, se presenta como un dispositivo protector, de que el yo dispone. En muchos casos uno se ve precisado a admitir que la defensa frente al incremento de excitación por medio de la producción de una histeria fue, a la sazón, lo más acorde al fin; más a menudo, desde luego, uno llegará a la conclusión de que una medida mayor de coraje moral habría sido ventajosa para el individuo.

http://psicopsi.com/Miss_Lucy_R_30_anos_Freud.asp
http://psicopsi.com/Miss-Lucy-R-30-anos-Freud-contin-1

miércoles, 15 de julio de 2015

"¿De qué le hablaban a Freud las mujeres?", por Shula Eldar


Conferencia pronunciada por Shula Eldar el 15 de mayo de 2009 en el marco del ciclo: “Eso que llamamos inconsciente” que tuvo lugar en la Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona.

Resumen

El presente texto pone de manifiesto el nudo entre el deseo del analista y el descubrimiento del propio inconsciente, tal y como lo hallamos en Freud: bajo la forma de un acontecimiento (el del encuentro con algunas mujeres histéricas) que instaura una nueva ética. Un recorrido por las elecciones vitales del padre del psicoanálisis ilustra cómo se cimentó el Freud analista. Ello no es sin el encuentro con lo que de perturbador tiene el inconsciente, saber del que Freud pudo extraer el lugar de una causa, reprimida. Pero este no se produce si no hay la transferencia, como ilustra el caso de Anna O. Más allá del sentido sexual, Freud apuntó a un real, manteniéndose fiel a la ciencia.


Introducción.

Pensé en este título para la conferencia de hoy porque me pareció apropiado para dar una perspectiva general de los comienzos del psicoanálisis; de su nacimiento como ciencia del inconsciente.

En la gestación del psicoanálisis, en los primeros pasos de Freud, jugó un papel fundamental el saber que le aportaron a finales del siglo XIX sus primeras pacientes histéricas quienes, al ponerse a hablar, mostraron de qué manera el deseo se constituye en la relación con el lenguaje.

Es cierto que después de más de un siglo el psicoanálisis ha cambiado. Se ha modificado. Nuevas preguntas surgen de la práctica y de ahí proviene el dinamismo que demuestra que la experiencia no se ha eclipsado, que no ha quedado reducida a una ortodoxia. ¿Qué da vivacidad a una experiencia? Podemos contestar que es la fuerza del deseo que sigue dando sentido a la acción del psicoanálisis. Por eso no es un interés meramente histórico lo que justifica que intentemos interrogarnos sobre cómo se gestó este descubrimiento y que retornemos a lo que quedó trazado en las etapas pasadas. “Se necesita haber recorrido ya un poco de camino para que el comienzo se aclare por la retroacción”. 1

Entonces: “¿Por dónde empezó Freud? ¿Cómo fue que se abrazó al hilo de un deseo con el cual se atrevió con lo que ignoraba y de allí tejió una obra tan compleja como orgánica?”, se preguntaba Lacan.2 ¿Qué encontramos volviendo al punto de partida que nos señala esta pregunta?

Encontramos lo que Lacan nombró como el “acontecimiento Freud”.3 ¿Qué es un acontecimiento? Es la aparición de un hecho nuevo. El “acontecimiento Freud” es la aparición de la función del inconsciente que lleva su nombre, pero es también la aparición del psicoanalista. Uno no va sin el otro, constituyen un nudo.

Freud fue guiado hasta la función del inconsciente por esas admirables teóricas que fueron las primeras pacientes histéricas, a quienes trató a finales del siglo XIX. En sus síntomas pudo leer las huellas del deseo inconsciente. Ellas le fueron entregando poco a poco la solución. A medida que las escuchaba y que los efectos del inconsciente se le revelaban Freud iba construyendo su proyecto teórico que supuso, eventualmente, un cuestionamiento radical de la ética. Porque lo que Freud introdujo no fue solamente una nueva técnica terapéutica sino una nueva razón de la que se deducía una nueva versión del ser humano y asimismo una nueva versión de las fuentes, - desconocidas, rechazadas, ignoradas - , de donde procede lo que causa sus conductas y sus acciones. Lo que se desprende de la posición freudiana como lo que causa la conducta es una estructura hecha de tramas y redes que pasan por fuera del circuito de la conciencia pero que se pueden detectar en lo que cada uno dice sin saberlo. Para eso este discurso tiene que encontrar al destinatario de su mensaje. De ahí que el psicoanalista forme parte del concepto de inconsciente porque es a él a quien éste se dirige.4